TRABAJO GRUPAL LECTURA 3

RESUMEN LECTURA 3

Una concepción del mundo no es un saber, no es conocimiento en el sentido en que lo es la ciencia positiva. Es una serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto. Una buena parte de la consciencia de la vida cotidiana puede interpretarse en términos de principios o creencias muchas veces implícitas, “inconscientes” en el sujeto que obra o reacciona. Esos principios siempre están explícitos en la cultura de la sociedad en que vive. Esa cultura contiene por lo común un conjunto de afirmaciones acerca de la naturaleza del mundo físico y de la vida. La existencia de una formulación explícita de la concepción del mundo en la cultura de una sociedad no permite, sin embargo, averiguar con toda sencillez, a partir de esas creencias oficialmente afirmadas, cuál es la concepción del mundo realmente activa en esa sociedad.La concepción del mundo quiere ser un saber, conocimiento real del mundo, con la misma positividad que la ciencia. Esta pretensión puede considerarse definitivamente fracasada hacia mediados del siglo XIX, con el intento de Hegel, el conocimiento científico positivo lo sustituye, el cual se caracteriza formalmente por su intersubjetividad, y por su capacidad de posibilitar previsiones exactas. Que un conocimiento es intersubjetivo quiere decir que todas las personas adecuadamente preparadas entienden su formulación del mismo modo.La concepción del mundo contiene esencialmente afirmaciones sobre cuestiones no resolubles por los métodos decisorios del conocimiento positivo, que son la verificación o falsación empíricas y la argumentación analítica. Una auténtica concepción del mundo debe tener explícitos o explicitables, enunciados acerca de la existencia o inexistencia de un Dios, de la finitud o infinitud del universo, del sentido o falta de sentido de esas cuestiones, etcétera..., y esos enunciados no serán nunca susceptibles de prueba empírica. Cabe destacar que el científico corre el riesgo de someterse inconscientemente a la concepción del mundo vigente en su sociedad.
LA CONCEPCIÓN MARXISTA DEL MUNDO
Es la llamada concepción materialista y dialéctica del mundo, otras veces llamada por Engels, concepción comunista del mundo. Está movida, como todo el marxismo, por la aspiración a terminar con la obnubilación de la consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados. De esto se desprende que es una concepción del mundo explícita. O que se plantea como tarea el llegar a ser explícita en todos sus extremos. Un primer rasgo de ella es que la liberación de la consciencia presupone la liberación de la práctica. Un segundo rasgo consiste en que la concepción marxista del mundo no puede considerar sus elementos explícitos como un sistema de saber superior al positivo.La formulación de Engels supone la concepción de lo filosófico no como un sistema superior a la ciencia, sino como un nivel de pensamiento científico. Puesto que su punto de partida y de llegada es la “ciencia real”, esta concepción del mundo no puede querer más que explicitar la motivación de la ciencia misma. Esto es lo que en terminología filosófica clásica, puede llamarse inmanentismo.En ese postulado de inmanentismo, definidor de la posibilidad del conocimiento científico, se basa la concepción marxista del mundo. Con dos principios fundamentales: el materialismo (lo primero en el marxismo incluso históricamente, es en sustancia el enunciado de que el mundo debe de explicarse por sí mismo), y el principio de la dialéctica (que se inspira en las limitaciones del hacer científico positivo). La concepción del mundo tiene por fuerza que dar de sí una determinada comprensión de las totalidades concretas. Estas totalidades o concreciones, son ante todo los individuos vivientes, y las particulares formaciones históricas, son situaciones concretas, es decir, los presentes históricos localmente delimitados.

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