Y la princesa de este cuento es negra
La película de Disney 'Tiana y el sapo' ha sido tachada de "oportunista" por buscar paralelismos con Obama
De un modo muy similar al que Barack Obama llegó a la presidencia de Estados Unidos y a los salones de Oslo, se estrena en Estados Unidos una película de los estudios Disney con ¡una princesa negra! Tiana y el sapo se llama (y en España se la espera el 5 de febrero). Tras décadas de discusión sobre el supuesto racismo de las producciones Disney, con su colección de princesas a cual más blancas, el gesto se ha interpretado en Hollywood como otra inevitable muestra de que los tiempos están cambiando.
"Soy demócrata y además de Chicago así que mi alegría fue doble cuando ganó Obama. Pensé que sería bueno para el país pero en ese momento no pensé en la película", afirma jocoso John Musker, codirector junto con Ron Clements, de Tiana y el sapo. Son muchos los que tacharon en estos últimos meses el proyecto de "oportunista". Las alertas se activaron también para captar cualquier intento de Disney de perpetuar estereotipos con esta cinta infantil.
Con anterioridad Jasmine en Aladdin, Pocahontas en la película que lleva su nombre y Mulán en su también cinta homónima rompieron el molde de la blancura de princesas como Blancanieves, Aurora en La bella durmiente o Bella en La bella y la bestia no sin controversia. Pero la llegada de Tiana estuvo bajo el microscopio desde el día en que John Lasseter, al frente del estudio, dijo que este nuevo personaje sería "la primerísima princesa negra de Disney".
En este tiempo los cambios fueron numerosos para evitar las ofensas. Tiana se iba a llamar Madeleine, nombre cuya abreviatura Maddy sonaba demasiado cercano a nombres de la era de la esclavitud como Mammy.
Su madre dejó de ser una sirvienta en la casa de los blancos para convertirse en costurera y el padre de Tiana cobró mayor protagonismo para evitar el cliché de las familias negras sin figura paterna. Cobró tanto protagonismo que las últimas críticas es que se parece a demasiado a Obama. "Si existe un parecido no es intencional porque nuestra fuente de inspiración son siempre las voces", recalcó Musker. "Fue difícil encontrarle el tono para que tuviera humor, encanto y belleza además de un punto exótico pero sin parecerse a Borat", recuerda el realizador.
Además de todos estos cambios, los estudios Disney se apoyaron en todo momento en los consejos de la comunidad negra en Estados Unidos, especialmente en la figura de Oprah Winfrey quien además de dar su opinión sobre el guión pidió poder participar en la cinta como Eurora, la madre de Tiana.
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