http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/14/cultura/1260795570.html
Antes de leer este texto, hay que ver y, sobre todo, escuchar el vídeo que acompaña la información. Hay veces que sobran las palabras y ésta es, probablemente, una de ellas. En las imágenes no se encuentran rostros conocidos, tampoco nombres de anuncio. Hay música. Buena música. Voces que han sonado en las calles de medio mundo y ahora recorren el otro medio para trasladar un mensaje de paz.
Sin apenas afinar los instrumentos y sentados en sillas de oficina, los artistas de 'Playing for Change', proyecto multimedia que se ha propuesto mejorar el mundo con la música, se arrancan con su versión de 'Stand by me', esa que ha tenido más de 15 millones de descargas en Youtube. Actúan el jueves en La Caja Mágica en Madrid, pero antes, han desplegado todo su arte en la sede madrileña de ELMUNDO.es.
Grandpa Elliot, peto vaquero, camiseta roja y armónica en mano, ha tocado más de 60 años en las calles de Nueva Orleans. "No hay diferencia entre tocar en la calle y en un escenario". Suenan los acordes. Dice que los más de 25 artistas con los que está de gira son hoy su "familia". Hace unos días actuaron en Sevilla. "Fue una experiencia increíble".
A Clarence Bekker le descubrió en Barcelona Mark Johnson, quien 'parió' esta original idea. Nacido en Surinam, emigró a Amsterdam a los seis años. Oírle cantar es todo un lujo. "Vamos a ir a Japón", explica sonriendo en castellano. Pero pese al éxito que están cosechando, no pretende cambiar de hábitos: "La calle es algo mágico".
Tampoco Pierre Minetti, francés de nacimiento y barcelonés de adopción, quiere olvidar su rincón en La Barceloneta. "Los músicos que actuamos en la calle tenemos también un papel social". Cerca de su 'escenario' hay un hospital y muchos pacientes acuden a verles. "Con nosotros se olvidan de sus problemas por un rato".
De poblados africanos, del metro, de plazas y jardines, de estaciones, los componentes de 'Playing for Change' tienen procedencias muy dispares, pero es más lo que les une que lo que les separa. "Esta idea es la prueba de que la unión hace la fuerza", resume Pierre, quien no oculta los nervios ante su próxima actuación. "En Madrid esperamos 8.000 personas".
El espíritu de este movimiento se basa en dos causas solidarias: ofrecer una alternativa a quienes han encontrado en la música una manera de olvidar la dura realidad que les ha tocado vivir y dar oportunidades a quienes la utilzan para ganarse la vida dignamente. El dinero que se recaude de los conciertos en España -12 euros la entrada- se destinará entre otras cosas a la construcción de dos escuelas musicales en Mali y Nepal, labor que está en manos de la Funcación 'Playing for Change'
Cuando Johnson empezó a buscar por el mundo ritmos, personas, culturas diferentes, poco podía imaginar lo que iba a dar de sí. Recorrió EEUU, Italia, España, Sudáfrica, Oriente Próximo, Holanda, Irlanda del Norte, Katmandú... con su equipo de grabación móvil y allí se topó con gente como Grandpa, Clarence y Pierre. Ellos son el punto de partida de un viaje que cada vez suena mejor.
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