600 euros al mejor de la clase

La Politécnica gratifica en metálico a los alumnos con notas más altas
La idea de premiar la productividad ha calado en la universidad. Pero en esta ocasión los agraciados no son los profesores y demás funcionarios, sino los estudiantes. Desde hace tres cursos, la Universidad Politécnica de Valencia gratifica con 600 euros a sus mejores expedientes. Empezó en 2007 distinguiendo con un diploma y dicha cuantía económica a los 44 mejores estudiantes que se matriculaban en su universidad (34 con las notas de Selectividad más altas y 10 de Formación Profesional) y progresivamente este premio que se concedía a los recién llegados se ha ido extendiendo hasta premiar este año a los que mejor expediente obtienen en primer y segundo curso y recién titulados. Además de los 44 premios para los novatos, se otorgan 32 más por cada curso a razón de un premio por cada mil estudiantes y un reparto proporcional por cada centro.
Micle llegó a España hace dos meses y ya habla un castellano intachable
Según las bases del premio, el objetivo es "reconocer el esfuerzo realizado en los estudios e incentivar su formación universitaria", y de acuerdo con fuentes universitarias el hecho de plasmarlo a través de un premio responde a que el estudiante pueda compatibilizarlo con otro tipo de becas. A los estudiantes beneficiarios, excepto, lógicamente, a los que acaban, se les exige matricularse de todas las asignaturas del curso.

Entre los premiados se encuentra Raluca Micle, una estudiante rumana de 19 años que reside en España desde que empezó la universidad hace apenas dos meses. "Quería conocer España y su idioma, y ya que tenía que comenzar en la universidad hablé con mis padres para que me dejaran estudiar aquí, porque el sistema universitario es bastante bueno", expresa en un intachable español, que para mayor pasmo dice haber aprendido de manera autodidacta el último año en su Rumania natal. Y resulta creíble por la elevada autoexigencia de la joven, que sacó un 9,95 en la selectividad rumana, nota con la que ha ingresado en la Politécnica para estudiar Administración y Dirección de Empresas. Descubrió el premio después de que su tía, con la que vive, le formalizara la matrícula. En el primer parcial tipo test ha obtenido un 9. "De momento el idioma no es un obstáculo, pero ya veremos". En su familia, sólo su hermano es universitario.

Marcos Solera se ha matriculado en Industriales en la Politécnica con un expediente de 10 para acceder a la universidad. También recogerá el premio. Se define como "muy competitivo y ambicioso". La nota más baja que recuerda es un bien. Y apunta que hasta ahora para conseguir tamañas notazas ha tenido bastante con atender y escuchar. "Si te dijera otra cosa, mentiría". En la universidad sí que está hincando codos y ha sacrificado el balonmano, aunque sigue tocando el piano. Solera sigue los pasos de su padre, ingeniero y cerebrito universitario.

Amparo Zaragozá, cuyos padres también tienen estudios superiores, logró el mejor expediente en su primer año de Caminos, Canales y Puertos, una de las carreras más temidas por los universitarios. No pagó la novatada del primer curso, "tampoco venía con lagunas como otras personas", obtuvo un 7,7 de media y asegura que nunca ha pretendido ser la mejor. Sacó una matrícula de honor, varios sobresalientes y notables, y el único "desliz" que tuvo fue en una de sus asignaturas favoritas, la Física, donde logró aprobar.

"Se puede pensar que sacrificamos mucho y es cierto que hay que estudiar, pero salvo el mes de exámenes he salido todos los fines de semana", dice Zaragozá. Su hoja de ruta del estudio pasa por la constancia: una o dos horas diarias y de manera intensa el fin de semana. Comparte con su hermana carrera, ésta un curso posterior, con quien estudia en casa y con la que prevé "salir de compras" para gastar juntas el premio.

1 comentario:

Bárbara dijo...

Cuando ví este artículo no tuve tiempo de hacer ningun comentario pero ahora que estamos de "vacaciones"aprovecharé para hacerlo.

Creo que estos últimos años estamos viendo cómo se motiva a aquellos que no quieren estudiar, que hacen pellas o que están desmotivados.Es una idea maravillosa.Incluso hay quién ha decidido pagar para que los estudiantes asistan a clase.

Este artículo sin embargo me parece muy bueno.No debemos olvidar a todos aquellos que se empeñan, se sacrifican o que son inteligentes.Una matrícula de honor no es sólo un descuento en el año siguiente.Detrás de esa nota, la mayoría de las veces hay mucho esfuerzo, sacrificio y renuncia.Quizás a mí me apetezca más ir al cine que estudiar o hace un trabajo más fácil, cómodo y con menos páginas pero por muchos motivos puedo decidir "sacrificar" mi tiempo.Desgraciadamente en muchos lugares y para muchas cosas el expediente académico cuenta, becas, puestos de trabajo, etc.Por eso creo que este tipo de premios son muy bienvenidos y que los que estudian, también quieren ser motivados.
No olvidemos además que a todos nos gustan los reconocimientos y una matrícula de honor o 600 euros son un buen reconocimiento.

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