MUY IMPORTANTE

ESTIMADO PROFESOR:

¿MAÑANA O PASADO MAÑANA PUEDO VERLE EN LA FACULTAD?

UN SALUDO:

BÁRBARA

Carlos Ruiz Zafón

(Barcelona, 25 de septiembre de 1964) es un escritor español que vive en Los Ángeles (Estados Unidos) desde 1993, donde se dedicó unos años a escribir guiones de cine al tiempo que desarrollaba su carrera como novelista.
Su primera novela para adultos, La sombra del viento, fue un gran éxito de ventas, pese a la desatención de la crítica literaria española, aunque no la internacional (que la aclamó como una de las grandes revelaciones literarias de los últimos tiempos). Esta novela se ha traducido a 45 idiomas, ha vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo y ha obtenido numerosos premios internacionales. En el año 2007 se ha publicado una recopilación titulada "La Trilogía de la Niebla" que comprende sus primeras obras "El príncipe de la niebla", "Las luces de septiembre" y "El palacio de la medianoche".
Carlos Ruiz Zafón lanzó el pasado 17 de abril de 2008 su nueva obra El juego del ángel con una tirada de un millón de ejemplares, en la Editorial Planeta. La propia Editorial Planeta ha considerado que este lanzamiento supone un hito histórico en España.
Zafón es el autor español contemporáneo cuya obra se ha traducido a más idiomas (45), por delante de Javier Sierra (42) y Juan Gómez-Jurado (41).
El juego del ángel (Planeta, 2008)
La sombra del viento (Planeta, 2001)
Literatura juvenil
El príncipe de la niebla (Edebé, 1993)
El palacio de la medianoche (Edebé, 1994)
Las luces de septiembre (Edebé, 1995)
Marina (Edebé, 1999)

FIÓDOR DOSTOIEVSKI


Nació en Moscú, el 11 de noviembre de 1821. Fueron sus padres, Mijail Dostoyevski, de profesión Médico, retirado del ejército, en cuyo lugar de trabajo, el Hospital para Pobres, hizo nacer a su hijo, y su esposa María, quien falleció en 1831 a causa de tuberculosis, compartiendo su hogar con seis hermanos. Su padre falleció en 1839, de manera poco clara, tras una vida violenta a causa del vicio de la bebida.
Estudió en la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, por imposición de su padre, hombre sumamente autoritario, aunque no era su vocación, graduándose en 1843, y logrando el grado militar de subteniente, aunque su carrera militar terminará un año después para dedicarse a las letras.
En 1846, publicó “pobres gentes” y “El doble” con gran éxito, aunque sus obras posteriores no tuvieron igual suerte, lo que le provocó gran frustración, agravada por problemas de salud a causa de la epilepsia.
Perseguido por la policía por integrar un grupo de ideas utópicas, que estudiaban a los socialistas franceses, el 23 de abril de 1849 es arrestado y encarcelado bajo el cargo de conspirar contra el Zar Nicolás I, y condenado a muerte, aunque su pena le será conmutada por cinco años de trabajos forzados en Siberia. En esos días leyó la Biblia, e influenciado por ella, abandonó el socialismo ateo.
En 1854 recupera su libertad y se reincorpora al ejército como soldado, transformándose en un hombre conservador y religioso.
En 1857, contrae enlace con María Dmitrievna.
En 1860 se instala en San Petersburgo, tras haber abandonado el ejército y funda con su hermano la revista Tiempo, que luego será prohibida a causa de un artículo sobre la revolución polaca. En su primer número comienza a aparecer “Humillados y ofendidos”, obra inspirada también en su etapa siberiana. Para entonces, su obra “Recuerdos de la casa de los muertos” tiene un gran éxito al ser publicada por capítulos en la revista El Mundo Ruso.
Tras viajar por Europa y perder mucho dinero en el juego, regresa a Rusia. Su esposa fallece en 1864 y luego su hermano, lo que lo conduce a la depresión.
En 1867, se casa con su secretaria, Anna Snitkina, con quien tiene una hija que fallece poco tiempo después.
Su obra es impactante, dramática y conmovedora, donde desfilan personajes religiosos, bondaosos, crueles, cínicos, víctimas y verdugos, con un narrador que vive la obra, y no la cuenta desde afuera. Las novelas de Dostoyevski son cabales expresiones del existencialismo y el expresionismo, preocupado por el hombre de su tiempo y la realidad que le tocaba vivir.
Podemos citar entre ellas: “Pobres gentes” (1846), “El doble”(1846), “Una novela en nueve cartas”(1847), “Noches blancas” (1848), “Nietochka Nezvanova” (1849), “Humillados y ofendidos” (1861), “Recuerdos de la casa de los muertos” (1862), donde relata su vida en prisión, “Notas de invierno sobre impresiones de verano” (1863), donde criticó los ambientes europeos, “Memorias del subsuelo” (1864), “Crimen y castigo”(1866), “El jugador” (1867), que escribió para pagar un crédito que había contraído a causa de las deudas que lo acosaban; “El idiota” (1868), “El eterno marido” (1870), “Los endemoniados” (1872), “El adolescente” (1875), “Los hermanos Karamazov” (1879).
Murió en San Petersburgo, el 9 de febrero de 1881.
Libros:
Crimen y castigo
El jugador
Pobres gentes
El idiota

EVALUACION GENERAL DEL CURSO

Bueno, aunque no lo creamos, hemos llegado a la recta final y al parecer tenemos que evaluar lo que han significado esto meses para nosotros. ¡Así que manos a la obra!
He de reconocer para comenzar que yo en la vida soy tendencialmente positiva y que creo que las posibles críticas que pueda hacer serán siempre constructivas y no destructivas. Esta asignatura, como dije en su momento, comenzó para mí de forma sorprendente y acabará de forma gratificante.No sólo por lo que ha implicado didácticamente sino y sobretodo por el calor humano y la cercanía de quien la ha impartido.En mi caso en concreto, y tras un trabajo en grupo sobre salidas profesionales de politólogos y sociólogos, no puedo sino estar agradecida al profesor Carballo por su tolerancia y comprensión ante MI salida profesional. Su cercanía ante mi situación ha facilitado más mi labor estos días frenéticos.Siento enormemente no haber asistido no sólo a mi presentación ( ¡con todo lo que hemos trabajado el grupo!),sino no haberlo hecho al de los demás compañeros.
Didácticamente me ha gustado mucho el formato de las "píldoras"literarias.He aprendido a hacer un blog ( que en mi caso no es poco) y hemos tomado contacto multicultural que es siempre enriquecedor.
Por supuesto gracias a esta asignatura ha surgido una maravillosa amistad con varias personas.
Si tuviese que hacer una crítica, esta nova dirigida directamente a la asignatura sino al horario de clases de todas en general.Una hora y media sentados es insufrible.Afortunadamente, los jueves la clase era más dinámica y el hecho de poder gestionarnos nosotros el tiempo y la forma del trabajo ha ayudado mucho.
El trabajo en grupo tuvo sus pequeños sobresaltos pero nada insuperable.
Por último, no puedo sino agradecer al Profesor Carballo su calidad humana, acercamiento a los alumnos.Sin duda alguna y cómo mencioné en otra ocasión son de esas personas que enriquecen nuestra formación universitaria y sobretodo personal.
Muchas gracias Roberto.

Bronzino, un grande olvidado


Exposición en el museo neoyorquino
El Metropolitan reúne por vez primera todos los dibujos de Bronzino
Es la primera gran exposición dedicada al pintor en 500 años
A veces los artistas, los malditos, se pasan media vida en el purgatorio, la chaquetilla sucia de mendigar aplausos, o incluso queman toda la vida en la tupida oscuridad del anonimato, del que sólo salen, o no, cuando reciben el beso de tornillo de la posteridad. En otras ocasiones, la obra de creador reconocido, de los que comían solemnes en la mesa del príncipe, se eclipsa con la muerte del triunfador. Desaparece, comida por los perros del tiempo. Este ha sido el caso, más o menos, de Angelo di Cosimo di Mariano, o sea, Bronzino (1503-1572). Tampoco decimos que los escolares lo desconocieran, que penara fuera de las enciclopedias, etc., pero nunca, en quinientos años, le habían hecho una gran exposición.
Ahora, y gracias al tesón de Janet Cox-Rearick, Carmen Bambach y George R. Goldner, técnicos del Metropolitan, su suerte ha cambiado. Bambach y cía. han viajado por todo el mundo. Se entrevistaron con coleccionistas privados y convencieron a los directores del British, el Louvre y la Galería de los Uffizi. Gracias a su tesón, y hasta el 18 de abril, el MET ofrece The drawings of Bronzino, la primera exhibición dedicada al maestro florentino.
El clásico artista razonable
Pintor de corte, fue el clásico artista razonable, siempre al servicio de las élites, que pintaba por buen dinero. Medró hasta la cumbre en las callejas que coronaron a los Medicis. No pinto de rodillas y con betunes, como dijo Lorca que hacía el Goya de la Quinta del Sordo, sino con un halo de platas y rosas, embelleciendo a sus retratado. Cobraba bien. Sabía camelar al cliente. Lo suyo era una pintura de costumbres, un caramelo aristocrático, suculento y frío, suntuoso, como craquelado por culpa de su necesidad de agradar y el cálculo crematístico que aplicaba. Pintaba, en suma, por/para los mecenas.
Cossimo I de Medici fue su gran valedor, el hombre que le pagó con oro los servicios prestados, quien hace de él la gran figura de la mitad del XVI. Bronzino triunfó en una Florencia lujuriosa, repleta de racimos eléctricos, leopardos tostados por el sol, seducción y embeleco, oscurantismo y belleza, una Florencia de sueños exasperados, entre la línea clásica del renacimiento y el runrún de cadenas de la contrarreforma, que anunciaba, de paso, el barroco y sus colgaduras. Tras la muerte del pintor, silencio.
Un observador sagaz
Hijo de gente sencilla, poeta de los muy ricos, Bronzino se revela en sus dibujos como un observador sagaz y un retratista que hace de su modelo material fundido, burbujeante, con obvio conocimientos de sus maestros y voz personalísima. Es en los dibujos, como sagazmente observa Holland Cotter para el New York Times, donde asoma la faz menos complaciente del artista. Sin las servidumbres de la obra acabada, sabiendo que se trata de dibujos preparatorios, abandona el vicio de la seducción. Relaja la muñeca. Se entrega al puro gozo de atrapar los quejidos del mundo, la respiración de sus retratados, el vuelo dorado de una mota o el parpadeo incandescente de una dama de sociedad. Saca al raso, en fin, un talento ahormado por las necesidades del oficio y la obligatoria idealización del cliente en el cuadro acabado.
Cotter también recuerda que Henry James, a principios del XX, homenajeó a Bronzino en una novela que acaba revolviéndose en torno a uno de sus retratos. Porque el hombre no se había ido del todo, pero casi, y el Metropolitan nos devuelve su faceta más insospechada. 'Tour de force', así describe la exposición, y de sus líneas "vivaces pero con sentido, calientes pero no salvajes". Cita importante en el invierno de Nueva York.

ACRÓBATAS DEL SEXO


La búsqueda de la trascendencia a través del erotismo encuentra su meta en los templos indios de Khajuraho
Hallé entre las ruinas de Khajuraho siete grandes templos hindúes bella y exquisitamente tallados, pero el escultor a veces se había dejado llevar por el calor de sus temas más lejos de lo que era necesario para su realización; desde luego, algunas de estas esculturas eran extremadamente indecentes y ofensivas, por lo que me sorprendió mucho al principio hallarlas en templos...". Con estas palabras, cargadas de perplejidad y mojigatería, describía el capitán e ingeniero británico T. S. Burns las primeras sensaciones que le produjo la profusa y voluptuosa decoración que exhibían los santuarios que, ocultos en la jungla, acababa de descubrir en un lugar apartado del corazón de la India en 1838. No es de extrañar que la conciencia puritana del oficial victoriano se viera zaherida y ofuscada por la profusión de mujeres desnudas y escenas explícitas de sexo talladas en las rojizas paredes de piedra arenisca, si se tiene en cuenta que ese mismo magnetismo erótico arrastra en la actualidad a masas de viajeros hacia el pequeño pueblo de Khajuraho, en el Estado de Madya Pradesh.
Los pasos se detienen
La curiosidad y el morbo proporcionan a estos templos el raro honor de figurar entre los pocos del mundo que se visitan más por fuera que por dentro. Y es que los múltiples grupos de figuras entretenidas en complicadas y casi acrobáticas formas de unión sexual que decoran los muros exteriores secuestran las miradas, detienen los pasos y, junto a fantasías desenfrenadas o reparos morales, hacen aflorar especulaciones de todo tipo sobre las razones que llevaron a los artistas a esculpir estas obras, cuyo significado último sigue siendo un misterio para los expertos.
Igualmente enigmático resulta su emplazamiento, apartado de cualquier lugar; aunque acaso ese aislamiento, esa lejanía de las rutas que siguieron los invasores musulmanes, los mogoles, evitó que fueran destruidos por su furia iconoclasta, permitió que al menos una veintena de las más de 80 edificaciones religiosas que los rajput chandella levantaron en tan insólito lugar en apenas un siglo, entre los años 950 y 1050, llegara hasta nuestros días.
Distribuidos en tres grupos, oeste, este y sur, sobre una superficie de unos seis kilómetros cuadrados, los templos hinduistas y jainíes de Khajuraho disimulan sus modestas proporciones individuales, según los cánones de monumentalidad de la arquitectura india, al encontrarse emplazados sobre terrazas elevadas unos cinco metros sobre el suelo, orientadas de este a oeste, y estar coronados por torres con forma de mazorca de maíz o sikharas, secundadas por otras más pequeñas, que compiten entre sí por ser las más altas, destacando sobre todas ellas la del santuario de Kandariya, de 30,5 metros de altura.
Vistos en perspectiva, transmiten una sensación de verticalidad, como si el horizonte estuviera limitado por un cordón de pequeñas colinas. No en vano esas estructuras ojivales que cubren la celda sagrada o garbhagriha representan al monte Kailasha, la montaña cósmica situada en el centro del universo, morada del dios destructor Shiva y su esposa, Parvati. La profusión decorativa transforma cada templo en una obra esculpida, síntesis de arquitectura y escultura, donde el más mínimo espacio, ya sea en los pórticos, las salas de columnas, los deambulatorios de paredes desplegadas como un fuelle en las que se abren balcones o las falsas cúpulas realizadas pasando del cuadrado al octógono y al círculo, está ocupado por tallas con procesiones festivas, paradas militares, grupos de ascetas y guerreros, dioses y asistentes, parejas o grupos de amantes, ninfas celestes, danzantes, personas ocupadas en sus quehaceres cotidianos, animales reales y míticos, entrelazamientos vegetales y símbolos geométricos. Una maraña armónica, un colosal retablo barroco, realzado por el juego de luces y sombras proyectado sobre los entrantes y salientes de los muros.
Pero lo que concita el verdadero interés de los visitantes son las tallas eróticas, con independencia de que no sean las más abundantes de todo el complejo, una de las mayores joyas de la arquitectura indoaria de todo el subcontinente, concentradas en algunos santuarios, como Lakshmana, Jagadambi, Vishvanatha o Kandariya, la obra cumbre de los chandella, con cerca de 900 estatuas diferentes. Con todo, su abundancia y su descarnado realismo abruman. Resulta difícil asimilar tanta sensualidad en un lugar religioso, sobre todo si se compara la osadía y belleza plástica que fueron capaces de desarrollar los artistas indios en sus obras, esa sublimación de la sexualidad, con las de sus colegas europeos de la época, uncidos a la austeridad del estilo románico, cuya decoración se limitaba a frescos y estatuas rígidas y canónicas, una pauta que solamente algunos canteros osaron transgredir, dejando tallados para la posteridad pequeños canecillos lujuriosos en unos pocos templos alejados de las grandes rutas culturales y espirituales de la cristiandad, como se puede apreciar, por ejemplo, en la colegiata de San Pedro de Cervatos, en Cantabria.
Caderas redondas
Frente a las máscaras hieráticas románicas, las estatuas femeninas de los maestros chandella encarnan el ideal de la belleza: senos rotundos y caderas redondas. La expresión de sus rostros inmóviles, atrapados en la piedra por siglos, reflejan un embeleso y una lánguida voluptuosidad. Se muestran terriblemente seductoras cuando se retuercen para mirarse en el espejo, describen una espiral en el aire con el brazo para ponerse la tilaka, el punto rojo sobre la frente, o flexionan el cuerpo de forma concupiscente para quitarse una espina del pie.
Y dominando las paredes exteriores de los templos más importantes, se despliegan en tres niveles superpuestos, encajadas en pequeñas hornacinas, como si fueran viñetas de un cómic, escenas variadas de sexo donde tienen cabida manifestaciones heterosexuales, homosexuales, actos en grupo o de zoofilia. Precisamente estas uniones con animales son las que han llevado a los expertos a descartar que la decoración de los templos de Khajuraho reproduzca las sugerencias del Kamasutra, ya que la obra no contempla, e incluso critica, ese tipo de uniones orgiásticas. Para algunos, la explicación de esta peculiar decoración, que no es exclusiva, ya que aparece en muchos otros templos de la India, aunque con menos prodigalidad, es que el goce erótico, el kama, representa una de las finalidades fundamentales de la existencia. Para otros, la unión sexual era la metáfora empleada para expresar la verdadera unión entre el alma humana y Dios. Para los profanos es, simplemente, puro deleite de los sentidos.

ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 10 de enero de 1956) es un escritor español y académico de número de la Real Academia Española (1996). Actualmente reside entre Madrid y Nueva York, donde dirigió el Instituto Cervantes hasta mediados del 2006.
Biografía
Estudió en el colegio salesiano Santo Domingo Savio de Úbeda. Estudió historia del arte en la Universidad de Granada y periodismo en la de Madrid. En los años ochenta se estableció en Granada, donde trabajó como funcionario y colaboró como columnista en el diario Ideal; su primer libro es una recopilación de esos artículos y aparece en 1984 con el título El Robinsón urbano.
Su primera novela, Beatus ille, aparece en 1986, aunque se gestó durante varios años. En ella figura la ciudad imaginaria de Mágina, trasunto de su natal Úbeda que reaparecerá en otras obras suyas. Cuenta la historia de Minaya, un joven que regresa a Mágina para realizar una tesis doctoral sobre el poeta Jacinto Solana, muerto en la Guerra Civil, pero cuya apasionante vida le llevará a una serie de indagaciones que darán como resultado un final magistral.
En 1987 gana el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa por El invierno en Lisboa y en 1991 el premio Planeta por El jinete polaco, por la que vuelve a ser Premio Nacional de Narrativa en 1992. En 2007 es investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Jaén como reconocimiento a toda su obra.
Otras obras destacadas son Beltenebros (1989) una novela de amor, intriga y de bajos fondos en el Madrid de la posguerra con implicaciones políticas; Los misterios de Madrid (1992 -publicada inicialmente como serial a capítulos en el diario El País -el título hace referencia al folletín decimonónico Los misterios de París, de Eugène Sue-); El dueño del secreto (1994); "Plenilunio" que es una de sus mejores obras, "El invierno en Lisboa", "Ventanas de Manhattan" o "El viento de la luna" (1997). En el otoño de 2009 se publica su novela "La noche de los tiempos".
Desde 1996 ocupa el sillón u en la Real Academia Española.
Está casado con la también escritora Elvira Lindo y vive entre Madrid y Nueva York, donde dirigió el instituto Cervantes.